Como cada fiesta de despedida, los chicos y chicas más mayorcitos se encargaron de sacar todas las mesas y bancos a la chopera para celebrar la cena al aire libre.
Después de recogerlo todo y dejar la chopera impecable comenzaron las actuaciones, aunque no era la noche de actuaciones libres, algunos chicos y chicas se habían quedado con las ganas de enseñarnos su talento y bueno, ¿quién podría negarse?
No faltaron los sketchs del taller de decoración para amenizar entre actuaciones.
Algunas bailaron, otros cantaron e incluso nos hicieron algún que otro juego divertidísimo, tras estas actuaciones, el taller de granjeros nos puso un vídeo sobre lo que habían hecho durante la semana, fue graciosísimo.
Después vimos todos juntos el Lipdub, nos encantó vernos bailando y cantando, y sobretodo nos hace mucha ilusión llevarnos este recuerdo tan bonito de nuestra estancia en El Remolino.
Tras ver los vídeos subimos a la sala de teatro para ver la actuación del taller de Teatro Negro, que nunca dejará de sorprendernos.
Y por supuesto no pudo faltar el fin de fiesta con música, baile y despedidas, ¡ya tenemos ganas de volver el año que viene!
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